Mi amiga Lola ha cumplido años este fin de semana y después de mucho pensar en el regalo que le gustaría decidí trasformar una mesilla en un mueble bar muy parecido al que yo tengo en el salón. Aquí van las fotos del antes.
Me encontré esta mesilla en la calle. La pobre estaba un poco desencolada pero esas patas tan curiosas me gustaron desde el principio. El fondo también estaba muy deteriorado así que tuve que sustituirlo al igual que el tirador que estaba roto. Aquí está el después.
No sé si se aprecia bien en las fotos pero el color del exterior es un verde muy bonito, muy veraniego. El interior es un amarillo pálido que le da mucha luz.
La malla de gallinero permite ver el interior y cuando esté lleno de botellas se verán desde fuera. Tuve que eliminar el cajón para dar más altura y facilitar así la colocación de las botellas.
Las patas a dos colores destacan su forma.
El tirador aunque no es el original tiene un toque antiguo que creo que no desentona con el resto de la mesilla. Es un modelo que ya he utilizado en otros muebles y siempre queda bien.
Espero que os guste, a mi amiga le ha encantado. Ya está en su salón preparado para ser disfrutado.