Hace unos meses Elena me regaló un enorme mueble de salón. Su transformación me ha supuesto un gran reto ya que nunca me había enfrentado a un trabajo tan voluminoso. Después de dedicar muchas horas ya puedo mostraros el resultado de este proyecto. Aquí van las fotos del antes.
Como veis se trata de un mueble clásico con una madera estupenda pero un poco oscuro para mi gusto y para el estilo de mi casa. Pero todo esto tiene solución... Éstas son las fotos del después.
Lo he pintado en color blanco roto con una pintura acrílica mate muy resistente que aguantará muy bien el uso. Mucho más luminoso que antes y mucho menos pesado.
El interior de la parte superior del mueble lo he empapelado con un papel vinílico muy clarito que me permitirá poner en las vitrinas copas, platos, vasos... de cualquier color sin tener que preocuparme demasiado por si combinan o no con el fondo.
En las puertas inferiores he sustituido los paneles centrales por malla de gallinero que permite que se vea el interior del mueble en el que he conservado el color original.
Los tiradores, bisagras, llaves y embellecedores estaban en muy buen estado así que no he tenido que sustituirlos ni pintarlos.
En el interior de los cajones también he conservado el color original porque la madera está en muy buen estado y al abrirlos creo que hace un contraste muy bonito con el color blanco del mueble.
El resultado final es estupendo y lo más importante, este mueble tendrá una segunda vida. Muchas gracias a Elena por este regalo, espero que te guste el cambio.