Aunque las vacaciones de verano ya parecen olvidadas, hoy he recordado la visita al oceanográfico de Lisboa. Visita totalmente recomendable si os gustan los peces y demás animales acuáticos.
Estas tortugas gigantes de madera son de lo más curioso y a la vez fáciles de construir. Una vez colgadas del techo parecen casi reales.
Los animales parecen posar delante de tu cámara. Estos pingüinos estaban al alcance de la mano, mirando con curiosidad a sus visitantes.
Y las nutrías estaban tan cansadas de recibir visita que se tapaban los oídos para poder descansar tranquilas.
Las ranitas diminutas de colores brillantes son impresionantes. Parecen de plástico hasta que de buenas a primeras dan un salto y las pierdes de vista.
Podría pasar horas mirando los movimientos de las anémonas. Se dejan llevar por el agua y transmiten mucha paz y relajación.
Y qué decir de los corales, preciosos. ¿Animal, vegetal o mineral?
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