He terminado la mesilla que empecé en las vacaciones de Semana Santa. Aquí va el antes y el después.
Me gusta mucho el contraste entre el gris oscuro y el blanco de los cajones. He aprovechado la forma de las patas delanteras para hacer un juego de colores.
Lo más complicado ha sido pintar los bordes donde coinciden los dos colores. Menos mal que tengo buen pulso...
La talla también la he pintado de blanco. Me parece preciosa. Es una pena que se haya perdido esta "moda" de colocarlas en las mesillas.
Por desgracia no encontré la mesilla con sus tiradores originales pero he comprado unos nuevos que tienen un aire antiguo. Los he pintado del mismo gris del mueble.
Tengo la costumbre de no pintar los bordes de los cajones, ni por arriba ni por abajo. Además de una cuestión estética es muy práctico porque facilita que los cajones se muevan con facilidad al abrirlos y cerrarlos. Si se frotan con un poco de cera quedan brillantes y mejora el color de la madera.
Aprovecho para enseñaros mi nueva bandeja. Me gusta mucho el color y la forma que tiene. Creo que la voy a dar muchos usos.
Por último, una curiosidad. La mesilla traía su etiqueta de fabrica. Al parecer procede de Vitoria, de una fabrica que se llamaba La Amuebladora Vitoriana.
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