Este fin de semana he empezado a trabajar en una mesa de centro para mi salón. Me la regaló mi amiga Lidia y llevaba ya un tiempo guardada en el garaje esperando su turno.
En la foto no aparece pero tiene como tapa un mármol blanco muy bonito. Lo tengo bien guardado para que no sufra ningún accidente. Ya lo veréis cuando esté terminada.
Está un poco deteriorada, sobre todo en las patas, pero seguro que tiene arreglo. ¿Qué no se puede reparar con un poco de masilla para madera?
La talla de las patas me encanta, tanto la de arriba como la de abajo. Si en este color es bonita ya me imagino cuando esté pintada en un color más clarito.
Y por supuesto, patas arqueadas, mi debilidad. Se me van los ojos tras los muebles con este tipo de patas.
Ya está totalmente lijada y ahora mismo la tengo desmontada para volver a encolar todas las uniones. Estaba un poco coja la pobre. En breve os podré enseñar el después.
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